La ultramaratón BR135 no fue solo una carrera para Elmer Danilo Carrillo Celis — fue su renacimiento. En medio del calor abrasador del asfalto, las montañas infinitas y la noche sin estrellas, aprendió que hay batallas que solo se ganan desde el alma, con el corazón y una voluntad inquebrantable.
BR135: más que una ultramaratón, una lección de vida
La BR135 no fue solo una ultramaratón. Fue mi renacimiento.

Allí, en medio del calor abrasador del asfalto, de las montañas infinitas y de la noche sin estrellas, aprendí una de las lecciones más importantes de mi vida: hay batallas que solo se ganan desde el alma.
La verdadera fuerza no está en los músculos. Está en el corazón. En esa voluntad terca que se niega a rendirse, aunque todo duela. Aunque todo sangre. Aunque todo parezca perdido.
Entendí que no hay montaña que no pueda ser vencida si uno cree con suficiente intensidad. Que los imposibles existen, sí, pero solo para recordarnos de qué estamos hechos.
El valor de la reinvención y la preparación militar
Y si me preguntaran qué fue lo más valioso que me dejó esta experiencia, respondería con certeza: la posibilidad de reinventarme.
De demostrarme que uno puede decidir quién quiere ser, incluso cuando todo está en contra. Porque mientras el cuerpo se rompe, el espíritu puede levantarse más fuerte.

Mi formación militar fue clave. La psicología de combate, los cursos exigentes del Ejército colombiano, como el curso de lancero, el curso de contraguerrillas —en los cuales fui el mejor—, y esa mentalidad osada y temeraria del soldado criollo con secuelas de la guerra, me dieron las herramientas mentales para construir, en un año, a este atleta que pasó de no correr más de 10 kilómetros… a correr 240 seguidos.
Superar las dudas y limitaciones
En la vida, muchas veces somos subestimados.
Y lo más duro es que, a veces, quienes menos creen en nosotros son precisamente los más cercanos. Esos que tienen el poder de herirte con una sola palabra, con una mirada de duda, con un silencio que grita.
A veces pareciera que el entorno no quiere verte volar. Como si el mundo conspirara para romper tu espíritu antes de que aprendas a defenderlo.
Cuando uno es niño, sueña con ser Superman —¡yo también lo hice, claro que sí!—.
Pero con los años, la realidad se impone, y terminamos viviendo por debajo de nuestro potencial. Como si fuera pecado soñar. Como si nos resignáramos a sobrevivir, en lugar de vivir con intensidad.
La carrera que cambió todo
Por eso enfoqué toda mi energía, toda mi fe, toda mi rabia y todo mi amor en la BR135.
Porque intuía, en lo más profundo, que si lograba cruzar esa meta, algo en mí se rompería… para dar paso a algo nuevo.
Y así fue.
Después de correr 240 kilómetros seguidos en una carrera sin carro de asistencia, en medio del calor y las montañas de Brasil, entendí que yo no era el mismo.
Había dejado atrás al hombre limitado, al soldado herido, al niño frustrado.
Y en su lugar, había nacido un hombre nuevo. Más fuerte. Más libre. Más vivo.
Gratitud y fe en el camino
La BR135 fue mi grito de guerra.
Mi renacimiento.

Mi prueba de fe.
Después de esa carrera, nada volvió a ser igual. Nada volvió a doler como antes. Nada volvió a dar miedo como anteriormente. Era como si, al terminar, todos los fantasmas de mi vida se hubieran quedado atrás, tirados en el camino como botellas vacías.
En un sentido profundo, espiritual, místico, creo que me sané.
Volví a creer en mí. Volví a sentirme vivo. Volví a confiar en que la fe, el esfuerzo y la terquedad siguen siendo más poderosos que cualquier destino escrito.
Apoyo esencial en la prueba
Gracias a mi padre.

Él sabía que yo no era un atleta, sino un guerrero espiritual. Él conocía el riesgo de enfrentarse a algo así sin ser atleta y conocía mi determinación. Por eso estaba asustado.
Oró por mí en cada kilómetro, y sus oraciones me sostuvieron.
En el km 190, sus manos me dieron el único masaje de toda la carrera… y fue como si Dios mismo me tocara.
Desde ahí, mi cuerpo revivió.
Gracias, papá. Esto también es tuyo.
Agradecimientos y reconocimiento
Por eso solo puedo decir gracias.
Gracias, Brasil.
Gracias, BR135.
Gracias, mi comandante Mario Lacerda. Su espíritu militar fue clave para no rendirme en cada paso, sentí la milicia en esa carrera.

Gracias a quienes me apoyaron, a quienes me acompañaron en silencio, incluso a quienes dudaron.
Gracias, Dios.
Y gracias a mi alma militar, que supo transformarse en alma de corredor para dar esta batalla y ganarla.
Llegué trotando. Roto por fuera, pero completo.
Destrozado por fuera… pero reconstruido por dentro.
Autor: Elmer Danilo Carrillo Celis
Sobre Elmer Danilo Carrillo Celis
Elmer Danilo Carrillo Celis é um ultramaratonista colombiano reconhecido internacionalmente por sua performance em provas de alta dificuldade, como a Brazil135 e o renomado UTMB (Ultra-Trail du Mont-Blanc). Com uma trajetória marcada pela disciplina militar e pelo treinamento intenso, Elmer passou de corredor amador a atleta capaz de superar distâncias extremas, como os 240 km da ultramaratona BR135, sem apoio mecânico. Sua história inspira a comunidade do ultratrail por mostrar que a verdadeira força está na mente, no espírito e na capacidade de se reinventar diante dos maiores desafios.
Elmer Carrillo transformou a BR135 em seu renascimento, provando que a verdadeira força vem da alma, da fé e da perseverança.